He de reconocer que me he equivocado. Hace un mes, cuando comencé mi etapa de trabajador autónomo, una de las primeras tareas que realicé fue mejorar mi blog. Aprovechando ese momento, puse un par de vínculos a mi perfil de linkedin. Asumí que, esa medida, era suficiente para captar posibles contactos profesionales que surgieran a través del blog. Error, grave error.
La semana pasada, en una reunión de trabajo, una persona me comentó que fue imposible localizar una dirección de correo electrónico u otra forma de llegar a mi persona física mediante mi blog. Por supuesto, omitio todos los perfiles sociales, incluido linkedin, donde podía contactar conmigo.
Esta situación me hizo reflexionar sobre dos cosas. La primera, un posible cliente había accedido a mi blog intuyendo que era mi escaparate laboral y, no señor, esto es un espacio de opinión personal. Perfecto si me reporta algún trabajo, pero no es la intención, por mucho enlace a linkedin que tenga.
Y la segunda. Linkedin está muy bien, me ha dado algún que otro trabajo. Pero hay mucha gente que ignora el uso de esta red profesional. Y quién me dice a mi, que entre esas personas que desconocen linkedin, pueda estar esperando el negocio de mi vida.
Esa situación ambigua ha acabado. Nace Yone.es, mi perfil profesional en Internet. Por el momento, esta nueva web será algo así como una tarjeta de visita, donde cualquiera podrá consultar mis datos de contacto. Además, valdrá para mostrar, fuera de Linkedin, mi currículum y mi portfolio. Aunque, en este listado de trabajos no están todos los que son, ni mucho menos.
Con este microsite, busco focalizar mi imagen profesional. Simplemente intento transmitir, quién soy, qué hago y facilitar los datos para contactar conmigo.
Por cierto, mi nombre se escribe con acento. Por tanto, también puedes acceder a la web escribiendo yoné.es. Sin embargo, por razones de SEO, redirecciona a la versión sin acento. Ya sabes, puedes acceder escribiendo yone.es o yoné.es. – Para este último, con un navegador compatible-.