Hace unos meses tuve un capricho, hacer mi propio pinball virtual. Éste debía transmitir una experiencia de juego lo más cercana posible a la de un pinball tradicional, esos que hemos visto toda la vida en los bares.

Después de saber lo que quería, llegó el momento de plantearme cómo hacerlo y las funcionalidades que iba a tener. Era indispensable construir un mueble a escala donde introducir todo el hardware necesario para mover el flipper. No obstante, mi concepto para éste tipo de máquinas iba un poco más allá. Quería jugar a todas las tablas míticas y, también, echar mis partiditas a los antiguos juegos de Mega Drive, Super Nintendo y recreativas.

Para construir el mueble, primero tenía que decidir el tamaño de los dos monitores que harían de backglass y playfield respectivamente. Para el primero opté por un monitor 4:3 de 19” con resolución 1280 x 1024 y para el playfield me decanté por un 16:9 de 24” con resolución FullHD.

Las medidas finales del mueble fueron las justas para introducir el monitor de 24” y el 19”, ni más ni menos. Tenía claro que el tamaño del mueble debía ser contenido para que cupiese en cualquier lugar, pero eso sí, sus medidas no podían ser impedimento para una buena experiencia de juego. No obstante, antes de trabajar con la madera hice una maqueta en cartón a tamaño real. Era importante estar seguro de las medidas antes de cortar las piezas de madera.

cartones

Para el corazón de la máquina, tuve que considerar el software que iba a mover. En éste caso, visual pinball 9 para las tablas, los respectivos emuladores de Mega Drive, Super Nintendo y Mame. Además de dos front-end, Hiperpin y Mamewah, que abstraerían el entorno del sistema operativo a una interfaz amigable y usable para una máquina de juegos.

Las prestaciones del ordenador que mueve todo esto no son nada del otro mundo, y algunos componentes los reciclé. Aquí las características hardware: Core 2 Duo E6800, 2 Gb de RAM, disco duro de 320 Gb, tarjeta gráfica Nvidia 6600 GT 256 Mb (Gracias al Sueco por dejármela).

PCPC por dentro

Evidentemente, para que la máquina fuese como las de antaño no podía controlarse con un teclado, ¿Qué cutre sería si fuese así, no? Contacté con una empresa de recreativos que me surtió los botones y componentes necesarios. Ni pocos malacatones tuve que vender para pagar los dichosos botones.

Uno de los controles del pinball necesita una mención especial, el tirador o plunger. Decidí comprar un tirador analógico, como los que se usan en los pinball mecánicos. Posteriormente, lo modifiqué para que enviara una señal al ordenador cuando se tirara de él. No es ninguna gran obra de ingeniería, no creas jeje. Fue suficiente con utilizar un cable de cobre pelado, un cable de masa y una alcayata. Cuando el tirador está en “reposo”, la alcayata, que está fijada a la punta del tirador, permanece en un tramo del cable que tiene el cobre aislado para que no entre en contacto con la alcayata. Una vez utilizemos el tirador para lanzar una bola, la alcayata recorre el cable, abandonando así la región aislada y haciendo contacto con el cobre que manda la señal al ordenador.

Los controles introducidos en el mueble los usaría para desplazarnos por los menús del front-end, además de servir, como es lógico, para jugar con el pinball virtual. Pero, ¿Falta algo, no? Los controles para los juegos de recreativa y consola. Gracia a Ebay conseguí dos maravillosos ejemplares de los mandos de Super Famicon, la versión japonesa de Super Nintendo. Compré también un adaptador para conectarlos al PC, además de una pistola inalámbrica para juegos de disparo.

super famicom controller

En un próximo artículo pondré imágenes y algún vídeo del pinball terminado y funcionando. Para ir abriendo boca dejo, después del salto, algunas imágenes del proceso de fabricación del mueble y demás “parapetos”.